EL CAMINO DE LA TORTUGA TAMBIÉN ES UN CAMINO.

 


Todos los días pienso en escribir, quiero escribir sobre mí, sobre mi vida, mis experiencias, mi familia y sus experiencias, mi mamá y sus experiencias. Y es qué en serio, siento que tengo tantas cosas para contar, tantas cosas para decir, que estoy segura de que puedo pasarme la vida escribiendo y jamás se agotarían las palabras, además, creo que soy buena haciéndolo.

Entonces ¿Por qué no lo hago? Razones también puedo encontrar muchas, la mayoría de ellas son excusas. La verdad es que no escribo porque no tengo la determinación para hacerlo, es decir, no es que no tenga nada que hacer y pierda el tiempo; la mayor parte del tiempo en verdad estoy muy ocupada entre mi nuevo trabajo, mi trabajo en la universidad, mi activismo y mi formación personal que nunca se detiene, por lo que en los pocos tiempos libres que tengo, solo quiero llegar a casa, prepárame algo de comer, alimentar a mi gato y sumergirme en la autocontemplación, es decir olvidarme del mundo exterior y ser solo yo, sin pensar en nada más.

 Pero debo decir que no me he esforzado para que ese tiempo de autocontemplación no sea solo dejar pasar el tiempo, sino que también pueda ser más productivo para mí, para avanzar en mis metas personales, como, por ejemplo, escribir cada día un poco, hasta que en un año pueda tener el primer borrador de mi primer libro; justo como lo estoy haciendo ahora.

Soy una persona muy creativa, con grades ideas que a cada rato pasan por mi mente, siempre estoy pensado en lo que me gustaría hacer, en dónde me gustaría estar y qué de eso depende más de mi que de la intervención externa. Y debo ser honesta, a estas alturas del partido, en la posición que me encuentro ahora como profesional, como mujer y persona conscientemente madura, con las relaciones interpersonales que he acumulado a lo largo del tiempo, en diferentes tipos de interacciones sociales, puedo asegurar que al menos el 70% de lo que me gustaría hacer y en dónde me gustaría estar, depende únicamente de mí.

A veces siento que voy muy lento y es posible que sí, muchas personas con mi edad han logrado grandes cosas, pero, si miramos el punto de partida, ¿realmente esto es así? Pueda que en algunos casos si lo sea, pero en otros no, esto es debido a que las experiencias no son iguales para todas las personas; (permítanme aclarar aquí que hablo principalmente de mujeres negras nacidas en contextos humildes y en la mayoría de los casos, hostiles).

Muchos factores influyen en que experiencias de personas con un punto de partida similar, sean radicalmente diferentes; el entorno familiar, las personas que los/nos rodearon al crecer, los amigos que elegimos y las decisiones que tomamos. Lo que quiero decir, es qué si bien, algunas personas pueden pensar que no he avanzado lo suficientemente rápido como debiera, nadie conoce mi historia y me experiencia mejor que yo, y si miro hacia atrás, yo misma puedo reconocer, que mucho de lo que soy hoy fue algo que vi como una meta 10 o 20 años atrás. He logrado mucho, he avanzado mucho y en 10 años mirare este post y reconoceré el origen primigenio de lo que seré en ese momento, (si las diosas me mantienen con vida y salud).

Tal vez no vaya a pasos de liebre, pero seguro como tortuga también llegaré al mismo lugar, solo que, con más experiencias acumuladas durante mi lento viaje, lo importante será no detenerme y reconocer y respetar mi proceso personal.

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